
Las carpetas de anillas o archivadores forman parte del material de oficina y de escritorio y sirven para guardar y clasificar documentos. Normalmente tienen 2 ó 4 anillas y se utilizan para guardar folios perforados o documentos metidos en fundas de plástico que se introducen en el archivador.
Las carpetas de anillas o portadocumentos son rectangulares, tanto apaisadas como verticales, y suelen tener las medidas de un A3, un A4 y A5. Actualmente hay muchas marcas fabricantes de carpetas archivadoras, como Esselte, Elba, Pardo, Leitz, Forpus o Elbacolor.
Existen muchos tipos de carpetas de anillas, según sus características:
Anillas redondas: Este tipo de anillas hacen que tanto las fundas como los folios entre y salgan más fácilmente del archivador. Por eso son muy útiles si solemos utilizar mucho documentos introducidos en la carpeta o si lo consultamos a menudo y hay que pasar las hojas.
Anillas rectangulares: Con estas anillas las hojas y las fundas archivadas quedan más rígidas y tienen menos posibilidades de desprenderse y caerse.
Anillas mixtas: Son anillas mitad redondas y mitad cuadradas, y gracias a ellas los documentos no se mueven dentro del archivador. Las parte cuadrada los mantiene rectos y la parte redonda favorece el paso cuando se sacan y se meten en el archivador.
El diámetro de las anillas determina el grosor de la perforación del papel o las fundas que se introducen en el archivador y suele ser de entre 20 y 65 milímetros.
Las tapas de las carpetas de anillas pueden estar hechas de muchos materiales distintos, entre ellos cartón forrado en Geltex, plástico blando, polipropileno translúcido, cartón forrado de cuero y plástico encolado.