
Los lápices de colores son un instrumento para escribir y dibujar que forma parte del material escolar de los niños. Normalmente están formados por una mina de grafito pigmentada con una grasa especial, recubierta por un cilindro de madera.
Ahora también existen los lápices acuareables, fabricados para utilizar con agua y pincel como con la técnica de las acuarelas y que son lavables para casi todo tipo de tejidos.
Los lápices de colores Faber-Castell y los lápices de colores Alpino son de los más utilizados, pero hay otras marcas como Giotto, Lyra, Bic, Stabilo y Staedtler, que también los fabrican.
Giotto es una de las marcas fabricantes que ha hecho unos lápices de colores específicos para niños de menos de tres años, los Giotto Be-bé, dermatológicamente testados y con una mina extra-suave con capuchón ventilado.
Los lápices de colores pueden tener diferentes formas, que influyen en el tipo de agarre del usuario:
Lápices cilíndricos: Los lápices cilíndricos dejan libertad absoluta para coger el lápiz como le apetezca al usuario.
Lápices triangulares: Se adaptan perfectamente a los dedos del niño y corrige la forma en que coge el lápiz.
Lápices hexagonales: Son como los triangulares pero con más opciones para el usuario, pero se adaptan también a la forma de agarre y a la posición de los dedos.
Los lápices de colores tienen diferentes características que hay que tener en cuenta antes de comprarlos.
Grosor de la mina: La mina de los lápices de colores son de entre 3 y 5,5 milímetros.
Tipo de estuches: Los lápices de colores se comercializan, por lo general, en botes metálicos cilíndricos, en estuches de cartón o en estuches de plástico con lengüeta para colgar.
Cantidad de lápices: Las cajas de lápices contienen entre 10 y 288 unidades, normalmente.
Otras prestaciones: