Las cajas registradoras forman parte del mobiliario de oficina esencial en empresas que hacen transacciones económicas directas con clientes, ya que sirven para guardar los billetes y monedas. Además, con las cajas registradoras también podemos hacer anotaciones de transacciones económicas que realicemos, así como cálculos matemáticos.
Las cajas registradoras modernas deben tener incorporado un sistema de impresión para dar una copia del recibo o hacer una factura para el cliente en el momento en que se realiza la transacción económica. De esta forma, ayudamos a una efectiva recaudación de los ingresos por parte de las arcas del Estado. Normalmente se trata de una impresora numérica matricial que se puede utilizar en modo "calculadora".
Las cajas registradoras llevan un cajón, con varios departamentos para las monedas y los billetes, en el que se guarda el dinero y que sólo se abre tras una venta o utilizando una llave especial para ello. También suelen tener una pantalla LCD con unos ocho dígitos.
Las cajas registradoras modernas suelen permitir dos tipos de IVA y tres formas de pago: caja, cargo y cheque. Su velocidad de impresión suele ser de 2,4 líneas por segundo.
Actualmente las cajas registradoras Casio en España son las más demandadas y las que más se comercializan.