
La pizarra blanca es un elemento clave en la oficina y útiles en la mayoría de los entornos, ya sea de trabajo o en el hogar, tanto para exposiciones, explicaciones de profesores, conferencias o cualquier evento en el que haya que mostrar información o atraer visualmente a una audiencia.
Este tipo de pizarras pueden utilizarse solas o conjuntamente con un ordenador y un proyector para exposiciones y presentaciones. Por tanto, debemos considerarlas como una herramienta de comunicación más. Gracias a las pizarras blancas conseguimos un apoyo a las explicaciones y logramos acaparar la atención del público al que nos dirigimos. Nos permiten, además, el uso de las nuevas tecnologías.
Las pizarras blancas magnéticas suelen tener la superficie de escritura de acero vitrificado (resistente al rayado, al ácido y los disolventes) o de acero lacado y un marco de aluminio anodizado o de madera. Las medidas de este tipo de pizarras suelen ser de entre 60 x 90 hasta 180 x 90 centímetros.
Muchos modelos de pizarras blancas son portátiles y volteables, gracias a cuatro ruedas, dos de ellas con posibilidad de bloqueo.
Las principales ventajas de la pizarra blanca magnética son:
· Facilidad de uso: Destaca por la comodidad con la que se anota, se modifica o se borra información, como por ejemplo, durante una sesión de lluvia de ideas en una empresa. Gracias al uso de los rotuladores especiales de pizarra, podemos escribir contenido de manera fácil y rápida.
· Herramienta de productividad: Otra de las ventajas es que además de servir como herramienta para apoyar los contenido ya preparados, es muy útil en el caso de improvisar explicaciones o resolver problemas. Además, al tratarse de pizarras magnéticas, se pueden utilizar elementos imantados para ilustrar contenido y hacer mucho más gráfica cualquier explicación.
· Limpieza: A diferencia de otro tipo de pizarras, son mucho más limpias ya que no producen polvo y permiten un borrado en seco fácil y cómodo.